lunes, agosto 3

¿Estamos locos?

Takahiro Sunada: desde 1998 tiene el récord mundial de 100 km en 6h13
Permitidme que os aburra un par de líneas: empecé a correr a los 14 años. Era un freaky, sólo que aún no se había inventado esa palabra. Así que era un tío raro. Solitario, quizá. Algunos domingos (pocos) había carrera popular cerca de casa, la mayoría lejos. Nos juntábamos los raros del momento y corríamos 5, 10, 21km... los más valientes (y más raros aún) corrían el maratón. La ultradistancia, sencillamente, no existía (es una forma de hablar: claro que existía, pero era cosa de cuatro gatos, también solitarios, y por supuesto raros).
Después de los JJOO de Barcelona, pero sobre todo a partir del 2005 -más o menos cuando llegaron el GPS, el iPod, el iPhone, las zapatillas transpirables y los éxitos de Kilian Jornet-, la cosa se desmadró. Para mí fue una gran noticia ver que ya no éramos raros, que las carreras se multiplicaban, que todo eran facilidades. Me di cuenta, también, de que tenía mucho que aprender. Cambié mis viejos libros americanos de atletismo -no había gran cosa editada- por los nuevos libros sobre atletismo, trail, largas distancias... Un chollo. El paraíso de los corredores.
Y ahora me he dado cuenta de que se nos ha ido de las manos. Correr 10 km ha dejado de ser una prueba de fondo y ahora es -o se supone que es- una prueba corta para los que no se atreven con 'lo importante': los maratones, los triatlones, las famosas 'ultras'.
Y me doy cuenta de que ese extremo es un error. De que no vamos bien. Acabar una carrera de 10 km es un gran logro personal y deportivo y merece un reconocimiento, al menos por parte de uno mismo. Todos hemos oído muchas veces el comentario: "y ahora, a por el maratón", como si fuera lo más normal del mundo, sin pensar en que quizá esa persona que acaba de completar 10 km acaba de conseguir el hito deportivo más importante de su vida. ¿No sería mejor que aprendiera primero a manejar la distancia? ¿A pasarlo bien corriendo? ¿O tal vez a correr en menos tiempo?
- "Es un reto: siempre hay que ir a por más".
Creo que a menudo entendemos mal el concepto de 'reto deportivo'. Porque si se trata de hacer más distancia, ¿por qué conformarse con un Iron-Man? ¿O con un trail de 100 km? ¿No es mejor dar la vuelta al mundo? ¿Dónde ponemos el límite?
Personalmente, me encantan las largas distancias. Siempre les he visto un gran atractivo por lo que supone de reto: requiere resistencia, planificación, dosificación, una buena alimentación... y por supuesto muchos kilómetros de entrenamiento. Pero no entiendo esa prisa por pasar del 'nunca había corrido' al 'soy un ultramaratoniano'.
Me pregunto, en resumen, si nos estamos volviendo locos.


3 comentarios:

Tania dijo...

Creo que todo se debe a los prejuicios deportivos...y me explico, si no corres un maratón no eres un corredor, que si no haces un Ironman no eres triatleta y así nos vamos, y claro los recién llegados al mundo del deporte quieren llegar a cruzar la meta de todo en el primer año y no ven que quizás esos que hacen maratones o Ironman o ultramaratones tienen añossssssss haciendo deporte y no 6 meses.
Al final creo que el deporte pone a cada uno en su sitio, el cuerpo es sabio y sabe decir no más cuando siente que se le está machacando mucho.
Y sí, un poco locos si :)
bss
Tania

Blogger dijo...

Pues eso es más o menos lo que quería decir... pero me he enrollado mucho más, Tania ;)
Gracias por visitar mi rinconcito blogger !

Yolanda Pingüina Veloz dijo...

Buena reflexión y gran entrada. Estoy completamente de acuerdo contigo y lo has explicado de maravilla. Tal y como vivimos hoy, más del postureo que de lo que valemos realmente, las distancias menores no tiene "épica", los maratones y los ultras sí, y parece que andamos faltos de épica en nuestras vidas. Si añadimos el aprovechamiento que de ello hace todo lo que económicamente saca provecho de esto del correr...pues tenemos lo que tenemos...que se nos ha ido de las manos.
Yo he pecado un poco de toda esta filosofía y ahora estoy replanteándome volver a distancias menores.